domingo, 27 de noviembre de 2011


   Tenía ganas de subir en un mismo año al Banderillas por las dos vertientes. El 31 de enero lo hicimos por el Borosa y hoy sábado 26 de noviembre ha sido por el Aguasmulas. Las dos rutas son largas, muy exigentes y bonitas. La dificultad radica en las 11 horas que tardas en completar la ida y la vuelta, los cerca de 40 Km que recorres y los 1.400 m de desnivel que tiene esta ruta. Y si quieres completarla en una sola jornada debe estar en buena forma física, planificarla con detalle y llevar la mochila bien aprovisionada. No debéis olvidar una pequeña linterna de mano si, como nosotros, la realizáis en otoño/invierno y se os echa la tarde/noche en los últimos kilómetros.

Temperatura exterior de 0ºC a las 8´30 h de la mañana
   Salimos de Rus a las 6´30 de la mañana y cuando nos adentramos en la sierra, cerca de Arroyo Frío, el termómetro del coche marcaba los 0º C en el exterior. Tras aparcar el coche junto a la barrera colocada en la casa forestal de Los Bonales, iniciamos la subida a la Fresnedilla a las 9 horas. Son 9 km de pista forestal en excelente estado que zigzaguean para evitar la fuerte pendiente. La mitad de la subida nos acompañó el rumor de los saltos y pequeñas cascadas del río Aguasmulas. La vegetación es exuberante, variada y con un copioso sotobosque. A menudo nos echábamos a la boca algún que otro madroño de los muchos que encontramos a ambas orillas de la pista.

Inicio de la ruta en la Casa forestal de Los Bonales.

Al fondo contemplamos la majestuosidad del Banderillas por su cara noroeste
Impresionantes farallones con paredes verticales de 400 m
Dulces y jugosos madroños salpicando el camino

Cerca ya de los cortijos de la Fresnedilla

Impresionante barranco del nacimiento del Aguascebas en la Fresnedilla
    La pista forestal termina en la Fresnedilla, donde llegamos a las 11 h. Tras un rápido desayuno, tomamos el sendero GR-7 bordeando el arroyo que corre en la ladera sur del Castellón de los Toros. Siguiendo las señales dibujadas en piedras y árboles ascendemos hasta la cumbre donde observamos el cortijo y la cerrada de Cubero. Aquí observamos un poste que nos indica la senda hasta Pontones y nos llevará hasta la Tiná de los Hoyas.


Los primeros rayos del sol en el Recó del Aguasmulas (11h)
Baliza GR-7 (Estambul-Tarifa) junto al cortijo de la Tiná de las Hoyas
    Aquí dejamos la senda GR-7 y tenemos que valernos de nuestro sentido de la orientación para ir buscando el Este entre los múltiples senderillos de cabras entre paredes rocosas y lapiares hasta encontrar, casi en la cima, una antigua y abandonada senda ahora llena de piedras arrastradas por la nieve y que han cubierto el otrora camino. Siguiéndola nos encontramos con la pista de Pinar Negro. Antes nos habremos encontrado unas cuantas depresiones o simas de hundimiento donde abunda la hierba y sirve de despensa a los herbívoros de la zona. Antes de llegar al cortijo de Pinar Negro nos desviamos a la derecha para tomar la pista que nos llevará cerca del geodésico. Está situada en la cara sureste de la cuerda del Banderillas y desde ella las vistas son extraordinarias: los campos de Hernán Perea, el Cubo, la Sagra, la sierra de los Filabres...

Es normal encontrarte con muflones en Pinar Negro
A punto de dejar la pista y tomar la senda que lleva al geodésico
   Por fin , a las 14´30 horas llegamos al punto geodésico. 

Pepe en la cumbre con el Cubo y la Sagra a sus espaldas
La alegría del objetivo conseguido
En el punto geodésico (1.993 m) con los dos refugios al fondo
Bonita panorámica con el Tranco al fondo
   Luego nos dirigimos a los refugios, tomamos unas fotos y decidimos volver por el Alto de la Campana hasta el cortijo del Mulón.
A la izquierda el refugio más reciente
Panorámica de los campos de Hernán Perea
Refugio estupendo para hacer noche y recuperar fuerzas
Puerta de entrada del refugio
Mi amigo Pepe con el Blanquillo al fondo
Sobre los impresionantes farallones del Banderillas
Bonita imagen con el geodésico, el Cubo y la Sagra a mis espaldas
Vista superior de los farallones. Abajo el barranco del Aguasmulas.
   Cuando llevamos descendida parte de la cuerda del Banderillas la memoria nos traiciona y olvidamos el punto exacto para tomar el Paso de la Soga. Ante la duda y el temor a la caída de la noche en alguna garganta o cañada desconocida volvimos sobre nuestros pasos para iniciar el mismo camino de vuelta.       
    Decidimos no parar a comer hasta temer la certeza de llegar a la Fresnedilla, donde comienza la pista forestal, antes de que oscureciera. Aligeramos el paso y cuando tuvimos a la vista el cortijo de la Albardía eran las 4´30 h. Entonces, antes de iniciar el descenso, nos sentamos a comer en una terraza con vistas extraordinarias. 
Repusimos fuerzas para la vuelta sentados en esta atalaya
    Atardeciendo y sudorosos llegamos a la 6 de la tarde al mirador de la Fresnedilla. Más tranquilos, aunque sin aminorar la marcha, tomamos la pista forestal para bajar hasta los Bonales. Mientras descendíamos acompañados del rumor del agua iba cayendo la tarde y con ella llegaba la oscuridad. Menos mal que se me ocurrió llevarme una linterna. Eran las 8 de la tarde/noche cuando llegamos al coche. Nos quedaban casi 2 horas y media de coche. ¡Magnífico día!